Gestión de Emociones

Fábula del puercoespín

Navidad, ese tiempo de ¿paz y felicidad?… Muchos deben reencontrarse con viejas sensaciones nada favorables para que la alegría surja por todos los poros de nuestra piel. Esta claro que mientras unos disfrutan, otros se reencuentran con viejos enemigos al que mandarle una grata sonrisa apretando dientes. Además, muchas veces los problemas resurgen todos de golpe y se apelotonan en la puerta de casa, dispuestos a fundir el timbre de cada uno.

Parece que en Navidad debemos ser todos buenos y felices, pero lo que no saben los publicistas de El Corte Inglés es que para muchas personas se desencadenan alteraciones de su estado anímico que son justo lo contrario: tristeza, enfado, ansiedad, frustración, incluso acaban surgiendo conflictos indeseados entre familiares o amigos.

Existe una fábula que evidencia la necesidad que tenemos unos de otros, lo significativo que es saber apreciar el valor real de nuestros amigos, familiares, etc., lo importante que es aprender a convivir con las virtudes y los defectos de los demás, sin buscar personas perfectas para que la relación también lo sea.

Fábula del puercoespín

Durante la era del hielo, el frío era el causante de la muerte de muchos de los animales que poblaban la Tierra. No obstante, el grupo de los puerco-espines resolvió la situación al juntarse poniéndose unos muy cerca de otros, de este modo se daban calor mutuo y protección. Pasado un tiempo se dieron cuenta que al tener el cuerpo cubierto de espinas, los compañeros más próximos les pinchaban con ellas, les producían heridas y cierto dolor.

Pronto empezaron a quejarse y tomaron la decisión de alejarse unos de otros y separarse. Al poco tiempo, el frío empezó a entrar de nuevo en su cuerpo y muchos murieron congelados. Ante esta situación tuvieron que tomar una decisión: aceptaban las molestias que les producían las espinas de sus compañeros o su especie desaparecería de la Tierra. La sabia decisión fue mantenerse unidos y por eso ahora podemos ver a estos pequeños roedores en la mayoría de los continentes de nuestro mundo.

Hay que aceptar la situación en que se encuentra cada uno y sacarle el máximo partido. Convierte la necesidad de estar juntos en virtud, y disfruta de ello.

¡Saca el puercoespín que llevas dentro!

Fuente: http://www.shiatsuescuela.es/shiatsuescuela/emociones_y_navidad.html

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